Su corazón se detuvo antes de que la operación terminara. Molly murió.
Y la rabia y la impotencia se apoderó de todos los que estuvimos intentando salvarla. Rabia contra el mal nacido que se desentendió de ella, porque sabemos que Molly llevaba más de un año abandonada. Rabia por el que conducía el coche que le pasó por encima y ni siquiera se detuvo. Rabia porque aquí 'no pasa nada', dos atropellos en dos días y aquí 'no pasa nada'.
Los de siempre recogemos lo que los demás tiran, y aquí 'no pasa nada'.
Estamos cansados, enfadados y dolidos, porque ninguna Molly se merece una muerte así y menos que su muerte no sirva para nada, así que desde Galgos 112 te decimos en nuestra despedida, querida Molly, que tu muerte no será en vano, y haremos todo lo posible por conseguir que alguno de los malos que en tu vida se cruzaron paguen por tu sufrimiento.
Descansa guapetona, que ya está bien.Fuente: Galgos 112