La guardia civil pasó cerca del pozo y, al oír el ruido del coche patrulla, ladraron. Los guardias se acercaron al pozo y comprobaron que alguien los había arrojado dentro. Mediante una escalera de 4 metros pudieron sacarlos, deshidratados, pero aún vivos. Los dos se recuperaron y ya fueron adoptados, uno en Italia y otro en Bélgica.
0 comentarios:
Publicar un comentario